Mantente erguido
En la dicha o en la angustia, en miseria o en riqueza, en salud o enfermedad, mantente erguido y sonríe.
Ante
quienes se abalanzan, o se echan al vacío, o se hieren mutuamente, mantente
erguido y sonríe. Y si avanzan a codazos, y ávidos tienden la mano o se ocultan
al acecho, mantente erguido y sonríe.
Ante
aquellos que disputan, ante aquellos que se injurian, y los que cierran los
puños, y los que apuntan sus armas, mantente erguido y sonríe.
En
el día de la ira y de la desbandada, cuando todo cae y arde; solo, en medio del
pavor, mantente erguido y sonríe.
Ante
justos cuellitiesos, ante jueces implacables, y afanosos personajes, mantente
erguido y sonríe.
Cuando
oigas tu alabanza, o te escupan en la cara, mantente erguido y sonríe.
Y si
estás entre los tuyos, mantente erguido y sonríe. Y delante de tu amada,
mantente erguido y sonríe.
En
los juegos y en las danzas, mantente erguido y sonríe. En vigilias y en ayunos,
mantente erguido y sonríe. Solo, en el alto silencio, mantente erguido y sonríe.
Y ya
al borde del gran viaje, aún cuando lloren tus ojos, mantente erguido y sonríe.
Atentamente Yohan Cala
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