Creer, mas no creerse y caerse
Crear
escenarios en la cabeza, visualizar situaciones, tener una idea, imaginar algo,
son cosas con las que pasamos una gran parte del tiempo, tratando de crear el
mundo a nuestro alrededor, hay quienes lo piensan mucho antes de empezar a
actuar, otros que se apresuran a la acción y quienes solo se quedan en lo
primero sin pasar a lo segundo.
Creer para comprender y comprender para creer.
Creer
que podemos realizar algo eventualmente nos dará las herramientas necesarias
para su logro, la cuestión no está en creer por creer, realmente se debe saber
en qué se cree, el porqué se cree y para qué se cree, comprender el proyecto
antes de ejecutarlo, y tener paciencia en el proceso; los hechos son los que
gobiernan nuestras vidas y la verdad se construye con los mismos, por algo se
ha creado el método científico, se debe amar la verdad.
En
varias situaciones me he encontrado en la que me he creído y por consiguiente
me he caído; creerse es ilusionarse pensando que estamos en el camino correcto,
que el proyecto está listo y funciona, que la situación se dará exactamente
como la imaginamos, no hace falta comprender del todo para creer que lo que se
hace es correcto y lo que ocurre luego puede describirse como cuando alguien va
majando, ve una pared al frente y en vez de frenar lo que hace es acelerar la
marcha, por suerte, muchas veces después del choque podemos volver a intentar
esquivar la pared.
Teorías
del mundo perfecto son varias, creer que podemos llegar a ese estado resulta
tranquilizante sabiendo que en primer lugar somos cada uno de nosotros que
debemos actuar para que se pueda hacer realidad, solo que cuando veamos la
pared no aceleremos la marcha; no creerse y caerse.
Les hablo Yohan Cala
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