La perfecta paz

Había una vez un rey que ofreció un premio importante al artista que pudiera captar en una pintura, la perfecta paz. Se presentaron varios pintores para tratar de agradar al rey y poder ganar el jugoso premio. Una vez que todos terminaron, las obras fueron expuestas delante del rey. Este observó con detenimiento a cada una de forma muy especial, pero solo hubo dos que realmente le impactaron. Tenía que elegir una y comenzó a observarlas con mucho detenimiento. La primera era un lago muy tranquilo, como un espejo perfecto, donde se reflejaban las plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas había un cielo azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraban acordaban que esta pintura reflejaba la perfecta paz. La segunda también tenía montañas, éstas eran escabrosas y rocosas. Sobre ellas había un cielo tormentoso, del cual caía un impetuoso aguacero iluminado con rayos. De la montaña bajaba un gran torrente de agua, formando una hermosa cascada. Éste no parecía mostrar ninguna...